Moussem de los dátiles de Erfoud (octubre)

Erfoud, ciudad de fundación colonial, tiene como uno de sus grandes atractivos su propia situación: junto al río Oued Ziz,  donde crecen cerca de un millón de palmeras. Por ello, se celebra anualmente este evento, una de las muchas fiestas de Marruecos dedicadas a la cosecha. E ella que todos los habitantes de la región participan en familias o entre amigos en la cosecha de los dátiles. La gama de producción muy extensa, predominando Bouzekri, Boufegous, Majhoul y Bouslikhan, entre otras.

Moussem de las Cerezas, en Sefrou (junio)

Este moussem es una fiesta de Marruecos en la que la alegría y la celebración dura tres días y en la que se realizan numerosas competiciones deportivas, una algarada, un desfile con antorchas, atracciones y la elección de la  ‘Señorita Cereza’, después de haber asistido al desfile de su comitiva. Al igual que el anterior moussem, es Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y conmemora la cosecha, en este caso de la cereza.

Moussem de Las Rosas, en Kelaa des M’ Gouna (mayo)

El moussem de Las Rosas, en Kelaa des M’ Gouna, es una de las más fascinantes fiestas de Marruecos, pues tienen lugar numerosas demostraciones de folklore, exposiciones artesanales o la elección de ‘Señorita rosa’, que da una simpática vuelta a lomos de camellos. Y para finalizar: una excursión extraordinaria por el Valle de las Rosas. Todo ello para conmemorar la cosecha de los rosales locales.

Moussem Tantan de Guelmim, en Asrir (junio)

Este moussem es de carácter más bien cultural y turístico, especialmente tras ser declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Congrega a una treintena de tribus nómadas del desierto y uno de sus grandes atractivos es el baile de Guedra, especialmente si se presencia desde una de las tiendas de la zona mientras se degusta un suculento asado.

Moussem de Imilchil (septiembre)

El moussem de Imilchil no solo es una de las más famosas fiestas en Marruecos, sino que ya se conoce internacionalmente, convirtiéndose casi en una gran peregrinación turística. Imilchil es una aldea del Alto Atlas que se encuentra a 2600 metros de altitud, donde es costumbre que las muchachas de la región se casen el día del moussem. En otro tiempo, el venerado Sidi Ahmed Oulmghani bendecía las uniones propiciando que, según la leyenda, vivieran siempre en la alegría y la felicidad. Todo tiene lugar sobre el emplazamiento donde fue enterrado este hombre venerado en el Alto Atlas.Hoy día, este moussem atrae a unas 30.000 personas, que se reúnen bajo las tiendas durante tres días con sus rebaños, sus caballos y sus dromedarios. Mientras, las muchachas enseña su belleza y se engalanan con sus mejores joyas, bailando durante largas horas, antes de que su destino las lleve a su nuevo hogar.

Moussem Moulay Idriss Zarhoun, en Meknès (finales de verano)

Es la celebración más grande que organiza esta pequeña ciudad, que domina el valle de Oued Khoumane. Se trata de una gran fiesta en Marruecos, pues acoge el mausoleo del fundador de la primera dinastía árabe que ha reinado en el país: los Idrissides. Cada año, a finales del verano, las diferentes corporaciones de la medina vienen unas detrás de otras para rendir homenaje a su santo, aportando así numerosas ofrendas y sacrificios acompañados por cantos y por músicas folklóricas, como Aissaouas, Hmadcha, y Hal Touat

Moussem Moulay Idriss de Fez (septiembre)

Este acontecimiento es el homenaje de la ciudad entera a su Santo Patrón y representa uno de los moussem más importantes del país. Se realizan colectas que sirven para cubrir los gastos de las fiestas y de las ofrendas. Se realiza la subida del santo al mausoleo, vestido en seda bordada de oro, lo que constituye el tributo anual del gremio de tejedores. Vendedores, curtidores, latoneros, herreros, zapateros y otros oficios ofrecen sus tributos y  velas enormes coloreadas y decoradas para la iluminación del santuario. Y llegado el gran día, se produce la exhibición de ofrendas que comienza por la mañana y continúa hasta la puesta de sol.

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